jueves, 21 de mayo de 2009

El nuevo miembro del Imperio discográfico de John.

Difícil es imaginar qué puede llegar a salir en un nuevo disco de John Frusciante, sobre todo teniendo en cuenta, que ya escuchamos sus siete discos anteriores, los cuales poseen estilos muy particulares, que van desde el pop al rock experimental, pasando por algo electrónico, acústico y el mayor de los delirios, con pianos, guitarras, violines, voces, gritos, aullidos, alaridos y cualquier otra cosa que pueda salir de la cabeza de este señor (escuchar “Enter a Uh", tema inaugural de Smiles From the Streets You Hold – 1997, álbum que fue sacado de las góndolas por el mismo Frusciante a sólo una semana de haber salido).
Su largo historial de discos, demos y EPs denotan la calidad de este artista en materia de composición, arma fundamental en R.H.C.P., aunque no exista similitud alguna entre los temas del músico como solista y los de la banda que integra.
A principios de este 2009 John Flasheante, como nos gusta llamarlo, vuelve a hacer alarde a este sobrenombre, editando The Empyrean, su octavo disco de estudio en el cual comenzó a trabajar a finales de 2006 y que cuenta para su grabación con la ayuda de Jhonny Marr, Josh Klinghoffer, Flea, Sonus Quartet y The New Dimension Singers.
Suenan los primeros acordes en “Before the Begening” , un tema instrumental de 9 minutos, muy tranquilo, caracterizado por un eterno solo de guitarra que acompaña la base en casi la totalidad del tema. Es curiosa la similitud con el tema “Little Wing” de Jimmy Hendrix (también interpretado por Stevie Ray Vaughan, Pink Floyd, entre otros), pero suponemos que no es más que pura coincidencia.
El track número 2 es una versión de “Song to the Siren” de Tim Buckley, muy bien lograda, sobre todo por la peculiar voz de John, la cual además de llevar un melodía lenta cuasi depresiva, es acompañada con teclados y guitarras muy de fondo logrando una muy relajante versión.El disco transcurre subiendo un poco de tonos con algo de distorsión y algún que otro grito en “Unreachable” y “God“, tercer y cuarto tema respectivamente, hasta que el ojo del tornado aparece con “Dark Light“, un tema que posee varios cambios de ritmo y se caracteriza sobre todo por unas locas voces efectuadas y coros eclesiásticos, que constituyen el tema desde el minuto 4 hasta su final (8´30´´).
Llegando al final del disco, los temas se tornan un poco más rock pop eléctrico, exceptuando “One More of Me” (trak 9), el cual predominan los instrumentos de cuerda, entre los cuales se perciben claramente los dulces sonidos de varios violonchelos y violines. Algunas ediciones del disco concluyen con 2 bonus tracks, que son lo más parecido a los trabajos anteriores de John.
The Empyrean es un disco armónico, prolijo, raro, con sesgos delirantes. Según el amigo John “Un disco que cuenta una sola historia, musical y líricamente. Estoy muy contento con este nuevo disco, que ya escuche muchas veces, debido a la experiencia psicodélica que provoca. Es un disco para escucharlo lo más fuerte posible, situados en un oscuro living a altas horas de la noche”.
The Empyrean
promete sonidos que salen de lo común e intentan llevar al oyente a todo tipo de estados a medida que transcurren los temas. Sin duda, una nueva genialidad de este músico que, si sabés escucharlo e interpretarlo, te deja completamente “de cara“.

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